viernes, 13 de marzo de 2015

CONTRA LA CENSURA, LA CULTURA: no volvamos al silencio

Hace 29 años José María Covarrubias en un documento resguardado en el FONDO I (CAMeNA), planteaba el proyecto de la Semana Cultural Lésbica Gay afirmando que uno de los objetivos del evento cultural y artístico era:

“la necesidad de no volver al silencio, después de haber tomado las calles y otros lugares sociales. Seguimos buscando que los espacios de todos sean de todos”



Asimismo se aferraba a la necesidad de difundir las expresiones artísticas y culturales en la Ciudad de México, a través de los diversos eventos que organizaba con el apoyo del Círculo Cultural Gay de aquella época.

Si bien la figura de La Pepa (como era conocido y nombrado entre la gente) fue polémica en toda la extensión de la palabra, es de reconocerse el gran esfuerzo y empeño que deposito en cada una de las actividades realizadas para sacar adelante año con año dicho evento cultural.

Existen registros hemerográficos de las diversas disputas que emprendió contra autoridades en diversos niveles institucionales, medios de comunicación, sin olvidar las incontables anécdotas acerca de sus acciones “políticamente incorrectas” que son recordadas y narradas por quienes l@ conocieron. Sin embargo, y a pesar de las críticas a su carácter y proceder, es de reconocerse que logró consolidar un proyecto que cuestionó a la sociedad citadina y cimbró a través de sus actividades a una  generación que luchó en el Movimiento de Liberación Homosexual desde sus distintos frentes y grupos activistas.

La singular batalla de la Pepa fue la visibilización de las expresiones estéticas y culturales de la diversidad sexual. No pocas veces riñó contra instancias por la defensa de la libertad de expresión, manifestándose en desacuerdo total ante toda censura o acto que consideraba homofóbico o moralista. Es memorable su indignación por el caso de la obra ¡Oh Santa bandera! de Nahum B. Zenil en el Museo Universitario del Chopo, donde incluso hubo problemas con el gobierno de la república, ya que las autoridades exigieron retirar la obra que representaba a Nahum agachado, mientras que era penetrado por la bandera mexicana. 



Covarrubias es uno de los tantos personajes homosexuales que luchó por los derechos sexuales a partir de las expresiones artísticas. En esta entrega quiero recordar otros casos de censura polémicos en el mundo del arte desde una perspectiva del arte de los jotos:

1. En 1989 es censurada la exposición “The Perfect Moment” de Robert Mapplethorpe en la Corcoran Gallery, Washington. Algunas voces indican que tal acción catapultó al artista, reconocido por sus fotografías que exponían en su trabajo a hombres desnudos, dando especial tratamiento a los hombres negros con enormes penes. 



2. En 2012, es atacada la exposición “Obscenity” del cineasta Bruce LaBruce en la Galería La Fresh, Madrid.  El autor reconocido por sus filmes homoeróticos, provocó el enardecimiento de grupos religiosos que consideraban una blasfemia tal exposición.



3. En 2012, son censurados los carteles de los artistas Pierre & Gilles, que publicitaban la exposición Nackte Männer, realizada en el Museo Leopold, Austria. Esta pareja de artistas homosexuales son afamados por sus fotografías que abordan el desnudo masculino, la homosexualidad y la sensualidad desde un abordaje erótico.



4. En 2014, es retirada la página del Museo Nacional de Arte (México) de Facebook, debido a la denuncia de sus imágenes que formaban parte del proceso de difusión de la Exposición “El hombre al desnudo”. Ante el escándalo, el MUNAL abre otra cuenta y oficializa sus disculpas a las personas ofendidas y pide no denunciar las imágenes.



Estos son tan sólo algunos ejemplos internacionales del panorama de la censura en el ARTE DE LOS JOTOS. Desafortunadamente se podría hacer una gran lista del papel que ha jugado el rechazo y la censura a lo largo de la historia del arte, especialmente cuando se tocan temas sensibles para las distintas morales de los grupos, generando malestar e indignación.

No puedo dejar de mencionar la reciente situación que me tocó vivir en carne propia con una imagen del Taller Documentación Visual que propuse para la portada de un libro próximo a publicarse:

La obra que propuse, es una pintura de 1989 que retrata a un hombre de rodillas en la playa cargando a un bebé que recrea la figura de Jesús, tal composición, evoca una metáfora del estigma, el dolor y la yuxtaposición del “indeseable social”, de “la otredad lacerada”: el sufrimiento de una persona estigmatizada. En la composición del cuadro, el hombre que carga al bebé, usa un calzoncillo con la insignia del triángulo rosa, símbolo nazi utilizado para identificar a los homosexuales que terminaban en campos de concentración. 



Si bien el TDV fue un colectivo polémico en la década de los ochenta, recientemente se ha revalorado su trabajo, lo cual ha permitido generar revisiones de su trayectoria en espacios expositivos como el Centro Cultural de España y el Centro de Experimentación Museográfica Vlady, causando una buena aceptación por el público. En las dos exposiciones tuve la oportunidad de colaborar, en una como asistente de curaduría con Edgardo Ganado Kim y en la otra coordinado el proyecto expositivo.

La imagen que menciono provocó la indiferencia y arrebato de las autoridades del Gobierno del Distrito Federal, que hasta ahora desconozco sus posturas y argumentos para desautorizar cualquier vínculo con dicha obra, la cual forma parte de la memoria estética del Movimiento de Liberación Homosexual, ya que dicho colectivo artístico trabajó arduamente desde el activismo con sus producciones artísticas a favor de los derechos de la colectividad LGBT, así como emprendiendo una dura lucha contra el VIH/SIDA.


Estos eventos ocurridos en diferentes latitudes del mundo, son una pequeña remembranza de las condiciones que perviven en la actualidad, evidenciando la poca apertura, el nulo diálogo y por supuesto una comprensión raquítica por parte de distintos grupos sociales desinteresados en conocer el trasfondo de una expresión artística.

Tales actitudes, no sólo hacen énfasis acerca de las apreciaciones estéticas y la polisemia con que una obra de arte llega al receptor, sino que evidencian la necesidad de fomentar información nutrida para lograr lecturas acerca de las obras que permitan acercarse y sensibilizar a aquellas personas que desconocen los contextos y trasfondos de las imágenes, especialmente cuando se tratan de temáticas que corresponden al campo de la diversidad sexual. Hoy afirmo que "CONTRA LA CENSURA, LA CULTURA"

2 comentarios:

  1. Felicidades, bien expuesto y claramente argumentada la posición de muchos que, como tú, estamos en contra de la censura y de la invisibilización de nuestra realidad. Comulgo plenamente con tu consigna, contundente y precisa: "CONTRA LA CENSURA, LA CULTURA"

    ResponderEliminar

Contra la censura, la cultura: la revolución LGBT+ más allá de Zapata

El día 11 de enero de 2019, Jorge Zapata, nieto de Emiliano Zapata se presentó en la conocida mañanera del actual presidente Andrés Manuel ...